El mensaje loco
El mensaje loco es aquel texto enviado telefónicamente a raíz de la mal llamada “incontinencia motriz dedal” o “desconexión parcial o total de tus neuronas”, dos síntomas que suelen presentarse los días viernes o sábados entre las 23.59 hs y las 9 hs (aunque también puede darse fuera de esta franja horaria, no lo descartemos). El mensaje loco tiene dos posibles destinatarios: el de siempre o el de nunca. El de nunca es mensaje loco porque no da, porque no es un “destinatario de nunca” que no sabe que le querés dar, sino que es una persona conciente de tus ganas pero que no te da cabida. Y sabés que perdés, sabés que lo mandás y en esas 4 ó 5 palabras le pagás al diablo otra cuota (sí, otra) de tu dignidad (no queda tanta, después de todo, pero la poca que queda mataría guardarla, no?). Posiblemente “el de nunca” no te conteste, te responda al otro día cuando se haya cortado la bocha o, directamente, te conteste con evasivas (recurso muy utilizado por “el de nunca”).
El de siempre es loco porque tampoco da, es decir, es el destinatario de siempre, al que recurrís invariablemente desde hace bastante tiempo y él hace lo mismo con vos… y por todos lados no te llena, por donde lo mires te das cuenta de que la relación es chata y que nunca van a llegar a algo… Entonces, por qué buscarlo??
“El de siempre” sí contesta, hay códigos a pesar de todo y su respuesta puede ser “estoy resfriado – cuidando a mi ahijada – en Mar del Plata – en un cumple incancelable – no tengo ganas – etc.” o bien un simple y conciso “puedo”. Cuando ocurre esto, hay una ráfaga de segundo que te permite pensar “ah, no era tan loco el mensaje” pero no: el mensaje es loco porque a la larga o a la corta, su destinatario te termina defraudando… aún respondiendo a tu petición…
“El de siempre” te pasa a buscar por un bar donde te hallás con tus amigas. Se supone que, como siempre (valga la redundancia), van a ir a tu casa (donde reza un cartel luminoso que dice “puta y telo gratis”), pero no, te propone algo nuevo, algo distinto: ir a un hotel. Sí, pinta telo y esa luz de “esta vez sí” vuelve a aflorar en tu espíritu… pero dura poco… Llegan al telo. Se llama “Berreta’s hostel” (bueno, si ese no es el nombre, debería ser su apodo) y es en la ventanilla amigable que te comunica con el conserje, donde ratificás por qué ese mensaje nunca debería haber salido de tu teléfono móvil… “El de siempre” pregunta “qué tenés?”, el conserje contesta “especial”, “el de siempre” pregunta “y común no?”, el conserje contesta “no”, “el de siempre” pregunta cuánto sale, el conserje contesta “50 pesos”. Pausa. Vos respirás aliviada, porque te das cuenta de que las pretensiones del lugar están directamente vinculadas con el precio y decís para tus adentros “sí, será una mierda, pero al menos es tobara”. Se reanuda la acción. El conserje le dice “al de siempre” que tiene que abonar. “El de siempre” revolea los ojos y se toca el bolsillo pero no saca la billetera. Vos dejás de hacerte la boluda mirando la planta artificial y preguntás (con clara intención de que se niegue profundamente a tu propuesta): “tenés plata? si no, te doy…”. “El de siempre” te dice “y… tenés 20??”.
Las dudas son muchas para tu pobre cabeza: “cuánta guita tenía destinada para el telo??”, “por qué me dijo de venir si podíamos ir tranquilos a mi casa??”, “cuál se supone que es la tarifa que ‘merece la pena’ gastarse conmigo??”, “es tarado o me lo hace a propósito??”, “encima de que me trae a un telo de mierda me hace pagar casi la mitad!!!???”. Ya está. El daño ya está hecho. Lo que pase en la maldita habitación será anecdótico porque lo verdaderamente significativo lo viviste en la entrada… No te duele que “el de siempre” sea así… en todo caso, te duele que lo ratifique en cada nueva posibilidad que tiene… Te duele saber que estás ahí por culpa de ese mensaje loco que vos enviaste… Y, ¿por qué no?, también te duele imaginarte al conserje comentando esto entre los “acontecimientos del día” a su compañero en el cambio de turno!!!
Usted no tiene precio! El que si lo tiene es él y evidentemente bastante poco vale.-
ResponderEliminarEstimada amiga, creo que al "de siempre" ya no le alcanza para su sentimental cache!
Muy bueno, como siempre!
Im-pa-ga-ble!!!, coincido con Juanita!!!
ResponderEliminarBuenísima la argumentaci'on!!! Mejor que nunca!!!