Más mía y más lejana

Yo no quiero ir más en el bondi y que me toque en el asiento de al lado alguien que está "remando". Loco, en un viaje de media hora, ¿tantas veces tenés que sacar el celular, guardar el libro, fijarte si trajiste todo y, de paso, molestarme? No te das cuenta de que "eso" sobre lo que tu codo se está apoyando con un movimiento constante es mi riñón??? Entiendo que yo soy fóbica al contacto físico con extraños, pero ¡un cacho de respeto, por favor! Tampoco quiero ir más caminando y que me pisen el calzado desde atrás... ¡odio que me pisen el calzado desde atrás! Lo odio realmente, ¡gatilla lo peor de mí! ¿No me ves que estoy adelante, carajo! ¿Tan apurado estás? Aparte qué pensás: que no voy más rápido porque me encanta pasear por esta avenida llena de gente?? No, señor, dáte cuenta de que no hay más lugar para avanzar!! Pisar el calzado desde atrás para mí denota una de las peores ansiedades de los seres humanos, de esas manías que se tienen sólo para jorobar porque ...

La amiga de la heroína es aquella que está siempre acompañando a la que representa el personaje principal, que la sigue de cerca y le devuelve todas las paredes. La amiga de la heroína se alegra sinceramente cuando a la otra le va bien, y cuando le va mal es la que, olvidando sus propios asuntos, está firme al pie del cañón. La amiga de le heroína no es, tampoco, la anti-heroína, digamos, no es fea ni tonta ni mucho menos mala, pero a la amiga de la heroína le falta algo. Algo que la ayude a definir y a ganar el partido. La amiga de la heroína pierde los partidos como Chile ante Brasil, haciendo el trabajo sucio, recuperando todas las pelotas en la mitad de la cancha pero apenas llegando al arco contrario. A la amiga de la heroína le falta un plus para ser protagonista, no le da el target para ser Bella, Cenicienta o Aurora, pero tampoco puede ser figura de las telenovelas modernas que, ¡al fin!, entronan a las perdedoras, como “Betty, la fea” o “Ciega a citas”. La amiga de la heroína...