La amiga de le heroína

La amiga de la heroína es aquella que está siempre acompañando a la que representa el personaje principal, que la sigue de cerca y le devuelve todas las paredes. La amiga de la heroína se alegra sinceramente cuando a la otra le va bien, y cuando le va mal es la que, olvidando sus propios asuntos, está firme al pie del cañón. La amiga de le heroína no es, tampoco, la anti-heroína, digamos, no es fea ni tonta ni mucho menos mala, pero a la amiga de la heroína le falta algo. Algo que la ayude a definir y a ganar el partido. La amiga de la heroína pierde los partidos como Chile ante Brasil, haciendo el trabajo sucio, recuperando todas las pelotas en la mitad de la cancha pero apenas llegando al arco contrario. A la amiga de la heroína le falta un plus para ser protagonista, no le da el target para ser Bella, Cenicienta o Aurora, pero tampoco puede ser figura de las telenovelas modernas que, ¡al fin!, entronan a las perdedoras, como “Betty, la fea” o “Ciega a citas”. La amiga de la heroína observa a lindas y feas, a gordas y flacas, desde su lugar de coequiper. Más que “esperando el milagro” siempre está “mirando el milagro”.

Hoy Argentina fue un poquito, un poquitito nomás, la amiga de la heroína. Con alegría festejamos el pase a semifinales de Uruguay (que, nobleza obliga, fue el único de los sudamericanos que clasificó y, a la vez, fue el único que no se enfrentó a equipos del Viejo –y poderoso, por más crisis que tenga-, Continente) pero nosotros no pudimos estar en la misma situación. La “hazaña” la hizo otro, la heroína, claro, y como amiga de la heroína, nosotros sólo miramos y aplaudimos.

Como el fútbol se parece mucho a la vida, estos ejemplos valen. Y valen también los subcampeonatos y las definiciones –contrarias- en el último minuto. Y valen los arbitrajes que inclinan la cancha y los penales errados. Y en cada partido hay una amiga de la heroína. Y también muchas veces las amigas de las heroínas se juntan e hinchan todas para el mismo lado. Y no las unen las victorias conseguidas, sino las lágrimas compartidas.

La amiga de le heroína es un personaje que suele caerme bien, y con la que me ha tocado algunas veces, tanto en el fútbol como en la vida, identificarme. Vayan estas líneas como reconocimiento y como puntapié inicial para que las amigas de las heroínas puedan tener sus propias historias como heroínas.