Soy hincha de Gimnasia y Esgrima La Plata y, para empeorarla, bastante fanática. Estoy acostumbrada desde chica a, con suerte, los segundos puestos: en mi familia soy la menor -y la secretaria- de una hermana mayor conocida como "Cerebro" entre mis tíos y yo, lógicamente, como Pinky. También, al ser del Lobo, sé lo que es sufrir, lo que es representar a las minorías y lo que es, como me decían en la primaria, ser la "defensora de pobres y ausentes": si estás solo, ¡vení!, si tenés un drama, ¡vení!, siempre estoy dispuesta a meterme en quilombos!!! Pero para no continuar con el tango aclaro que no todo es negativo en la vida de un hincha de Gimnasia, porque el hecho de que no te salga una bien, hace que cuando los planetas se alinean y, de carambola, ganás, ese pequeño triunfo se festeje como uno grande y se disfrute mucho más que para los que están acostumbrados a ganar siempre. Por último, mi condición futbolera me termina de definir como una persona sufrida, sí ¡y...